El olor a tierra ya se percibe en aire cordobés, los sentidos de los oriundos de estos pagos ya están alertas, el bramar de los motores ya es una imagen en la mente de los fanáticos y esa mezcla trae recuerdos.
Bastan 15’ en un prime de las sierras de Córdoba para que el pelo luzca tan desastroso como si hubiesen pasado 15 días de la última ducha, 25’ para que lo único posible de inhalar sea polvo y 30’ para que la botella de fernet de la marca preferida (o de la genérica, como apunta el Flaco Pailos) esté al limite de agotarse.
Ocurre que esta bebida es un clásico de las serranías cordobesas en esta época, tal vez por el frío del otoño en las alturas de El Cóndor o las noches cerradas entre el monte de Cuchi Corral. La verdad no se sabe por qué, pero cualquier excusa es válida para ingerirla.
Cómo sentir el vértigo de este deporte si uno no está “inmerso” en su contexto… y así cae la noche, noche de vigilia que muchos comparten con amigos y un gran vaso compuesto por 3/4 del preciado fluido negro y ¼ de espuma blanca tirando a marrón.
Para muchos, el fernet ya más que un rito es una tradición, forma parte del folklore del Rally y es tan necesario como la tierra para los WRC.
Dato: La marca líder en el rubro es auspiciante de la competencia.
Advertencia: No conduzcas si ingeriste alcohol.
Escrito por Juan (Córdoba en esencia)
1 comentarios:
Sí, sí. Fernet y no nos olvidemos de otra postal imborrable del Rally: el asadito a las 10 de la mañana.
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